Todo comenzó en un taller de mantenimiento de una empresa: dos amigos, dos overoles, cero glamour… y un montón de sueños que no cabían en una caja de herramientas. Ahí, mientras reparábamos máquinas y sobrevivíamos al olor a aceite quemado, coincidimos en algo: “¡Hey, hagamos algo juntos en redes!”. Y entre bromas y carcajadas apareció el nombre que marcaría el inicio de esta locura: DESCHAVETADOS. Una pabra muy salvadoreña y tan honesto como nuestras conversaciones en la empresa.

Lo bonito es que, con el tiempo, nos dimos cuenta de que deschavetados habíamos sido siempre; solo faltaba que el mundo se enterara. Y parece que al público le encantó, porque esta idea —que empezó como juego— se volvió un proyecto con un alcance tan especial como inesperado.

Y ahora, después de 7 años (casi 8) de risas, aprendizajes, madrugones, grabaciones improvisadas y miles de anécdotas, logramos una de nuestras metas más grandes: tener nuestra propia tienda en línea, un espacio hecho con cariño para que todos disfruten nuestras locuras, productos y mercancía con sabor salvadoreño. Nuestra meta es simple: que cada persona que compre algo quede feliz, satisfecha y con una gran sonrisa… aunque sea tan deschavetada como nosotros.

Somos así: auténticos, creativos y un poquito locos. Y quizá por eso este proyecto funciona. Porque al final, ser deschavetado no es un título… es un estilo de vida.

Neto y Manike